sábado, 2 de marzo de 2013

Inicio de AQUÍ YACE EL WUB, de Philip K. Dick

Hoy se cumple el 31º Aniversario del fallecimiento de Philip K. Dick, cuando solo contaba con 53 años de edad (ver biografía en wikipedia). Para los interesados en la ciencia ficción uno de los grandes y para el público en general, recordado fundamentalmente por la película Blade Runner (dirigida por Ridley Scott en  1982, año de la muerte del escritor que no llegó a verla estrenada) basada en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?,  escrita en 1968.

Publicamos el inicio de Aquí yace el wub.


Faltaba poco para terminar de cargar. El Optus, de pie, con los brazos cruzados, fruncía el ceño. El capitán Franco bajó despacio por la pasarela y sonrió.
- ¿Qué ocurre? - le preguntó -. Te pagan por esto.
El Optus no dijo nada. Recogió sus túnicas y dio media vuelta. El capitán pisó el borde de la túnica.
- Espera un momento, no te vayas; aún no he terminado.
- ¿De veras? - El Optus se giró con dignidad -. Vuelvo a la aldea. - Contempló los animales y los pájaros que eran conducidos hacia la nave -. He de organizar nuevas cacerías.
Franco encendió un cigarrillo.
- ¿Por qué no? A vosotros os basta con salir a campo abierto y seguir pistas. Pero cuando estemos a mitad de camino entre Marte y la Tierra...
El Optus se marchó sin contestar. Franco se reunió con el primer piloto al pie de la pasarela.
- ¿Cómo va todo? - Consultó el reloj -. Hemos hecho un buen negocio.
El piloto le miró con cara de pocos amigos.
- ¿Cómo explica eso?
- ¿Qué le pasa? Los necesitamos más que ellos.
- Nos veremos después, capitán.
El piloto subió por la pasarela, y se abrió paso entre las aves zancudas marcianas. Franco le vio desaparecer en el interior de la nave. Iba a seguirle los pasos hacia la portilla cuando lo vio.
- ¡Dios mío!
Se quedó mirando con las manos en las caderas. Peterson venía por el sendero, con la cara congestionada, arrastrándolo con una cuerda.
- Lo siento, capitán - dijo, manteniendo la cuerda tensa.
Franco avanzó hacia él.
- ¿Qué es eso?
El wub desplomó su enorme cuerpo lentamente. Se sentó con los ojos entornados. Algunas moscas zumbaban sobre su flanco y las espantó con la cola. Se hizo el silencio.
- Es un wub - explicó Peterson -. Se lo compré a un nativo por cincuenta centavos. Dijo que era un animal muy raro. Muy respetado.
- ¿Esto? - Franco aguijoneó el inmenso flanco del wub -. ¡Si es un cerdo! ¡Un inmundo cerdo grande!
- Sí, señor, es un cerdo. Los nativos lo llaman wub.
...

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