tag:blogger.com,1999:blog-8763951519204577242024-03-05T16:27:50.330+01:00HERCLE - LecturaUnknownnoreply@blogger.comBlogger569125tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-37586934479810555012019-04-20T00:00:00.000+02:002019-04-20T00:00:00.360+02:00Inicio de LAS ESFERAS DE SUEÑOS<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-fjIEnbHWn44/U-Z3qKvrcoI/AAAAAAAAIXk/D_zSmrJhMzk/s1600/diaria0110.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-fjIEnbHWn44/U-Z3qKvrcoI/AAAAAAAAIXk/D_zSmrJhMzk/s1600/diaria0110.jpeg" height="216" width="320" /></a></div>
LAS ESFERAS DE SUEÑOS<br />
Elaine Cunningham<br />
<br />
<br />
Preludio<br />
El semiogro se dirigió a la puerta de la taberna, que estaba abierta, arrastrando al último de los clientes de esa noche con la cuerda con la que se sujetaba los pantalones bombacho. Su cautivo se retorcía como una trucha en el anzuelo y soltaba mordaces maldiciones típicas de los muelles. Pero sus esfuerzos no producían ninguna impresión en el guardián de la taberna. Con su cuerpo de más de dos metros de estatura, todo músculo y maldad, Hamish era perfectamente capaz de levantar en vilo a cualquier parroquiano de El Pescador Borracho con tanta facilidad como otro llevaría en las manos un paquete de pescado envuelto en papel.<br />
—Levanta la quilla y recoge velas —rezongó Hamish mientras se disponía a lanzar al hombre—. Te guste o no, estás a punto de encallar.<br />
Era un aviso más que suficiente en los muelles, pero el hombre lo desoyó. El semiogro esperó en vano unos momentos a que su presa dejara de debatirse, tras lo cual se encogió de hombros y lo lanzó hacia la oscuridad. Las protestas del hombre se convirtieron en un lamento que quedó interrumpido por un ruido sordo.<br />
Hamish cerró de golpe la puerta de la taberna y luego deslizó la gruesa tranca de madera de roble que la aseguraba. La madera chirrió. Fuera, el parroquiano al que acababa de expulsar empezó a aporrear la puerta atrancada.<br />
Dos camareras dejaron de limpiar la cerveza derramada para intercambiar una rápida mirada de soslayo y suspiros de resignación. Una de ellas, una escuálida morena con unos ojos soñadores que contrastaban con la realidad de su cuerpo desnutrido, lanzó una única moneda de plata encima de la mesa y cogió una jarra grande aún medio llena. Entonces la alzó, como un espadachín que lanzara un reto, y se dirigió a la otra camarera, una bonita rubia con la que compartía el último turno de la noche en El Pescador Borracho.<br />
<br />
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-19989187401352878652019-04-10T00:00:00.001+02:002019-04-10T00:00:00.129+02:00¿Reconoces la obra?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-poM_PKoKCEc/UxIuqZd7MgI/AAAAAAAAHRY/U4AC6IlvXbw/s1600/diaria0099.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-poM_PKoKCEc/UxIuqZd7MgI/AAAAAAAAHRY/U4AC6IlvXbw/s1600/diaria0099.jpg" height="203" width="320" /></a></div>
<i>NO CEJEMOS</i><br />
<i>El profesor Charles Kittredge corría a largas e inseguras zancadas. Y llegó a tiempo para arrancar de un manotazo el vaso que el profesor auxiliar Heber Vandermeer se había llevado a los labios. Fue casi como un ejercicio a cámara lenta.</i><br />
<i>Vandermeer, que al parecer estaba tan totalmente absorto que no había oído las pisadas sordas de Kittredge, adoptó una expresión a la vez sorprendida y avergonzada. Bajó los ojos hacia el roto vaso y el charco de liquido que lo rodeaba.</i><br />
<i>— ¿Qué era? -preguntó Kittredge con ceño fruncido.</i><br />
<i>— Cianuro de potasio. Me guardé un poco, cuando nos fuimos. Sólo por si acaso.</i><br />
<i>— ¿Qué beneficio nos habría reportado? Además hemos perdido un vaso. Ahora hay que limpiar eso... No, yo lo haré.</i><br />
<i>Kittredge encontró un precioso pedazo de cartón para recoger los trozos de cristal y un trapo todavía más precioso para absorber el venenoso líquido. Y salió un momento para tirar los vldrios y -con gran pesar- el cartón y el trapo en uno de los tubos que los impulsarían arriba, hacia la superficie, a unos ochocientos metros de altura.</i><br />
<i>...</i>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-21802249877616024542019-04-09T01:21:00.000+02:002019-04-09T01:21:00.366+02:00Inicio de EL MAL<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-poM_PKoKCEc/UxIuqZd7MgI/AAAAAAAAHRY/U4AC6IlvXbw/s1600/diaria0099.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-poM_PKoKCEc/UxIuqZd7MgI/AAAAAAAAHRY/U4AC6IlvXbw/s1600/diaria0099.jpg" height="203" width="320" /></a></div>
EL MAL<br />
De David Lozano Garbala,<br />
<br />
<i>El ente se mueve, deslizándose por la dimensión neutra de los fantasmas con los movimientos ávidos de un depredador. Busca, rastrea. La imagen de un adolescente le obsesiona.No ha olvidado sus facciones suaves, tímidas, aunque han transcurrido meses desde que se vieron por última vez. Lo necesita. Pero no lo encuentra.</i><br />
<i>Recorre túneles oscuros, vías abiertas en la región desconocida donde merodean los espíritus hogareños, las almas de aquellos que al morir se quedaron anclados al mundo de los vivos por algo pendiente, algo que les impide descansar en paz.</i><br />
<i>Él es una criatura distinta, de naturaleza maligna, liberada por las circunstancias en aquel entorno inerte donde apenas puede dar rienda suelta a sus sanguinarios instintos. Y no está dispuesto a pasarse la eternidad vagando por esa red de galerías como una sombra de los vivos. Por eso escudriña en esa otra realidad a la que no pertenece, aquella poblada por corazones que todavía palpitan.</i><br />
<i>Busca al Viajero con ansiedad. Ha rastreado ya buena parte de la ciudad donde sabe que habita, París, surgiendo furtivamente desde la otra dimensión.</i><br />
<i>El ente avanza por esos corredores en tinieblas salpicados de tenues destellos, brillos que advierten de accesos al mundo de los vivos a través de espejos. Se aproxima a esas islas resplandecientes desde la zona oscura y se asoma al otro lado de aquellas fronteras de cristal enmarcado.</i><br />
<i>Espía. Atisba inofensivas escenas domésticas, habitaciones vacías, pasillos irregulares de viejas casas parisinas. De vez en cuando, travieso, interfiere en esa realidad de los vivos. Pero se reserva su auténtica capacidad de hacer daño. Necesita hallar al Viajero. Cuanto antes.</i><br />
<i>Abandona su posición frente a un espejo y retorna a la penumbra de la región de los fantasmas hogareños. Ninguno se cruza con él, le tienen miedo. Se ocultan a su paso.</i><br />
<i>Hacen bien.</i><br />
<i>...</i>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-56795556670046224652019-04-08T01:19:00.000+02:002019-04-08T01:19:00.347+02:00Inicio de LA OSCURIDAD QUE ACECHA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-0lX-D8hRfOQ/UxItYDOTCJI/AAAAAAAAHRM/Ttq0CN0oGsg/s1600/diaria0098.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-0lX-D8hRfOQ/UxItYDOTCJI/AAAAAAAAHRM/Ttq0CN0oGsg/s1600/diaria0098.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
LA OSCURIDAD QUE ACECHA<br />
DE LYNN FLEWELLING<br />
<br />
<i>Desde Keston y en dirección suroeste, hacia Eskalia, el delgado navío atravesaba dando tumbos las crestas de espuma. Durante la noche avanzaba sin luces; sus tripulantes, contrabandistas veteranos todos ellos, navegaban con la mirada puesta en las estrellas. Durante el día mantenían una vigilancia constante, aunque había pocas posibilidades de toparse con otro barco. Sólo un capitán plenimarano se atrevería a internarse en alta mar a esas alturas del año, y este invierno no habría ninguno tan al norte. No ahora que una guerra se estaba preparando.</i><br />
<i>El hielo cubría los aparejos. Los marineros tiraban de las drizas con las manos ensangrentadas, tenían que romper la capa de hielo que cubría los barriles antes de beber y, amontonados cuando no estaban de guardia, cuchicheaban sobre los dos caballeros y la siniestra banda de malhechores que había subido con ellos a bordo.</i><br />
<i>El segundo día de travesía, el capitán, completamente borracho, salió al puente. "El oro no le sirve de nada a los muertos", aulló sobre el viento; una tormenta se les venía encima e iban a dar la vuelta. Sin dejar de sonreír, el siniestro noble lo acompañó abajo y eso fue lo último que se supo del asunto. Aquella misma noche el capitán cayó por la borda. O al menos así se explicaron las cosas; el hecho es que a la mañana siguiente no pudieron encontrarlo, y su curso no había variado.</i><br />
<i>...</i>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-15424264146015188852019-04-07T01:17:00.000+02:002019-04-07T01:17:00.596+02:00Inicio de LA LUNA DEL TRAIDOR<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-5aqP6TlX-4E/UxFMkzk48aI/AAAAAAAAHQ8/M_HH93PMfU4/s1600/diaria0097.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-5aqP6TlX-4E/UxFMkzk48aI/AAAAAAAAHQ8/M_HH93PMfU4/s1600/diaria0097.jpg" height="148" width="320" /></a></div>
LA LUNA DEL TRAIDOR<br />
DE LYNN FLEWELLING<br />
<i><br /></i>
<i>El viento cargado de nevisca azotaba a Magyana, arrancando húmedos mechones de la espesa trenza blanca de la maga mientras recorría penosamente el desolado campo de batalla. En la distancia, las tiendas de campaña del extendido campamento de su reina se ondulaban y crujían a lo largo de la ribera, espectros negros en una llanura parda. En los improvisados corrales se apelotonaban los caballos de espaldas al viento. Los desafortunados soldados que estaban de guardia hacían lo mismo, y sus verdes guerreras eran la única nota de color en la triste paleta del paisaje.Magyana se envolvió lo mejor que pudo en su capa empapada. En sus trescientos tres años de vida, jamás había sentido el frío con tanta intensidad. Quizá era que su fe la había mantenido cálida hasta entonces, reflexionó con tristeza, fe en los ritmos confortables de su vida y fe en Nysander, el mago que había formado parte de su alma durante dos siglos. La maldita guerra le había robado ambas cosas y otras muchas. Casi una tercera parte de los magos de la Oréska estaba muerta, cientos de años de vida y conocimientos derrochados. El segundo consorte de la Reina Idrilain y sus dos hijos menores habían caído en batalla, junto con docenas de aristócratas e incontables soldados rasos, arrojados por las hojas enemigas o la enfermedad al otro lado de las Puertas de Bilairy.</i><br />
<i>...</i>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-29160935117223793622019-04-06T00:00:00.000+02:002019-04-06T00:00:00.134+02:00¿Identificas la obra?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-n25qsJftuXI/UvjW0OEaXyI/AAAAAAAAHH4/WEZIzaZc7xE/s1600/diaria0095.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-n25qsJftuXI/UvjW0OEaXyI/AAAAAAAAHH4/WEZIzaZc7xE/s1600/diaria0095.jpg" height="217" width="320" /></a></div>
<i>En los niveles superiores de las subsecciones más ricas de la ciudad se
encuentran los solarios naturales, en los que un tabique de cuarzo, con
una pantalla movible de metal, excluye el aire y permite la entrada a la
luz del sol. Allí las esposas y las hijas de los administradores y
ejecutivos de más alto rango de la ciudad pueden broncearse. Allí acontece
algo único todas las noches: ¡oscurece! </i><br />
<i>En el resto de la ciudad sólo existen los ciclos arbitrarios de las horas.
Las luces de los apartamentos disminuyen a medida que transcurren las
horas de oscuridad, y el pulso de la ciudad se debilita. Aunque nadie
pueda distinguir el mediodía de la medianoche mediante ningún fenómeno
cósmico a lo largo de las avenidas subterráneas de la ciudad, la humanidad
persiste en la muda división del horario. </i><br />
<i>Los expresvías circulan vacíos; el ruido de la vida disminuye; la movible
muchedumbre que transita por los larguísimos callejones desaparece; la
ciudad de Nueva York yace en la sombra no advertida de la Tierra. Sus
habitantes duermen.</i><br />
<i>...</i>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-63584422291305568892019-04-05T01:15:00.000+02:002019-04-05T01:15:00.308+02:00Inicio de El origen del mal<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-n25qsJftuXI/UvjW0OEaXyI/AAAAAAAAHH4/WEZIzaZc7xE/s1600/diaria0095.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-n25qsJftuXI/UvjW0OEaXyI/AAAAAAAAHH4/WEZIzaZc7xE/s1600/diaria0095.jpg" height="217" width="320" /></a></div>
El origen del mal<br />
De Brian Lumley<br />
<br />
<i>El agente estaba tendido en una mancha de nieve, sobre un montón de piedras blancas, en la cresta oriental de lo que había sido en otro tiempo el paso de Perchorsk, en el centro de los montes Urales. A través de unos prismáticos de visión nocturna observó una zona de casi una hectárea de tierras onduladas y de un gris plateado que se extendía sobre el barranco abierto a sus pies. Vista a la luz de la luna, aquella superficie podía ser tomada fácilmente por hielo, pero Mijaíl Simonov sabía que no se trataba de un glaciar ni de un río helado, sino de una plancha de metal de unos ciento veinte metros de longitud por algo menos de sesenta de ancho. A todo lo largo de los bordes irregulares que la recorrían en el sentido longitudinal, donde su bóveda suavemente curvada se juntaba con las paredes rocosas del desfiladero, y a ambos extremos, donde el arqueado metal se elevaba en línea recta hacia unas macizas barreras de masa pétrea o diques, «sólo» tenía quince centímetros de grueso, pero en su centro la plancha moldeada era de sesenta centímetros. Esto, por lo menos, es lo que habían registrado los instrumentos de observación de los satélites espías americanos, como también el hecho de tratarse de la mayor reserva de plomo acumulada en toda la superficie del globo.</i><br />
<i>...</i><br />
<div>
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-88256627415247724642019-04-04T01:13:00.000+02:002019-04-04T01:13:00.310+02:00Inicio de La estirpe de Rahl el oscuro<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-Q50LdCZTNi8/UvjWXJZvWdI/AAAAAAAAHHw/YgD-DVQoRYU/s1600/diaria0094.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-Q50LdCZTNi8/UvjWXJZvWdI/AAAAAAAAHHw/YgD-DVQoRYU/s1600/diaria0094.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
La estirpe de Rahl el oscuro<br />
De Terry Goodkind<br />
<br />
<i>Revolviendo en los bolsillos del muerto, Jennsen Daggett tropezó con la última cosa en el mundo que habría esperado. Sobresaltada, se sentó en cuclillas. La cortante brisa le alborotó los cabellos mientras contemplaba boquiabierta las palabras escritas en meticulosa letra de imprenta sobre el pequeño trozo cuadrado de papel. Habían doblado el papel por la mitad dos veces, con cuidado, de modo que los extremos coincidieran. Pestañeó, medio esperando que las palabras desaparecieran, igual que una ilusión macabra. Permanecieron, muy, pero que muy reales.</i><br />
<i>Aunque sabía lo estúpida que era la idea, le pareció no obstante como si el soldado muerto estuviera observando su reacción. Sin mostrar ninguna, externamente al menos, dirigió una mirada furtiva a los ojos del cadáver. Estaban opacos y empañados. Había oído decir que los difuntos daban la impresión de estar simplemente dormidos. Con él no era así. Sus ojos aparecían muertos. Los pálidos labios estaban tirantes, el rostro ceroso. Había un rubor violáceo en la parte posterior del cuello, corto y ancho.</i><br />
<i>Por supuesto que no la observaba. Ya no observaba nada. Aunque, con la cabeza girada hacia ella, casi parecía como si la mirara.</i><br />
<i>Arriba, en la rocosa colina a su espalda, las ramas desnudas chasqueaban bajo el viento como huesos que repiquetearan. El papel que sostenía con sus temblorosos dedos pareció vibrar con ellas, y su corazón, que ya palpitaba con brío, se desbocó.</i><br />
<i>...</i><br />
<div>
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-419190249220000222019-04-03T00:00:00.000+02:002019-04-03T00:00:00.178+02:00Inicio de EL BASTIÓN DEL ESPINO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-0rEuAXeBsic/UvjVk8fwQEI/AAAAAAAAHHk/cXShQh0qTRo/s1600/diaria0093.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-0rEuAXeBsic/UvjVk8fwQEI/AAAAAAAAHHk/cXShQh0qTRo/s1600/diaria0093.jpg" height="239" width="320" /></a></div>
EL BASTIÓN DEL ESPINO<br />
Elaine Cunningham<br />
<br />
Preludio<br />
27 de Tarsakh, 927 CV<br />
Dos jóvenes hechiceros permanecían de pie en la cima de una montaña contemplando con respeto el devastador resultado de la fuerza combinada de su magia.<br />
Ante ellos se desplegaba una amplia superficie cubierta de hierba y flores silvestres, en el mismo lugar donde en el instante anterior se erguía un alcázar antiguo y asediado. La fortaleza había desaparecido, y con ella las poderosas criaturas que habían tomado refugio en su interior. También se habían esfumado todos los supervivientes..., como sacrificio a la guerra contra los seres diabólicos que habían emergido de las profundidades del cercano Ascalcorno. Esfumados, sin dejar más huella que un remoto recuerdo en la memoria de los dos hombres que habían invocado semejante destrucción.<br />
Ambos eran jóvenes, pero ésa era su única similitud. Renwick Manto de Nieve Caradoon era de baja estatura y complexión ligera, con rasgos delicados y un rostro enjuto y pálido. Iba vestido de blanco de pies a cabeza y la vaporosa capa que llevaba lucía ricos bordados de hilo de seda blanco e iba ribeteada de nívea piel de armiño. Tenía el pelo prematuramente cano y en el centro de la frente se le ondulaba en un remolino. Su porte traducía orgullo y ambición, y contemplaba el resultado del hechizo conjunto con satisfacción.<br />
Su compañero era una cabeza más alto que él y ancho de espaldas y de pecho. Tenía los ojos negros y el semblante tostado por el sol a pesar de lo incipiente del año. Cualquiera que lo contemplase podría confundirlo con un montaraz o un leñador, salvo por la inequívoca áurea de magia que todavía flotaba a su alrededor. Contemplaba con ojos llenos de terror lo que acababan de hacer.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-22401535159316332142019-04-02T00:00:00.000+02:002019-04-02T00:00:00.325+02:00Tío Gilito<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-OZHiWGNPF5g/UvjVBlrKv3I/AAAAAAAAHHc/yDUIJmsfmLM/s1600/diaria0092.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-OZHiWGNPF5g/UvjVBlrKv3I/AAAAAAAAHHc/yDUIJmsfmLM/s1600/diaria0092.jpg" height="320" width="317" /></a></div>
Dependiendo del país en el que nos encontremos podemos preguntar por el Tío Gilito si tenemos en cuenta los distintos nombres con que es conocido el famosísimo y adinerado Tío Gilito:<br />
<br />
Estados unidos: ? / Mc pato<br />
España: Tío Gilito / Gil Pato<br />
Dinamarca: Onkel Joakim / Joakim von And<br />
Holanda: Oom Dagobert / Dagobert Duck<br />
Finlandia: Roope-Setä / Roope Ankka<br />
Francia: Oncle Picsou / Balthazar Picsou<br />
Alemania:<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Onkel Dagobert / Dagobert Duck<br />
Italia: Zio Paperone / Paperon de Paperoni<br />
Noruega: Onkel Skrue / Skrue McDuck<br />
Portugal: Tio Patinhas / Patinhas Mc Pato<br />
Suecia: Farbror Joakim / Joakim von Anka<br />
<div>
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-85178046355612320802019-04-01T00:00:00.000+02:002019-04-01T00:00:00.215+02:00Inicio de VERSOS LUMINOSOS<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-JeEs_i3dwLs/UvjT9gPqBkI/AAAAAAAAHHQ/WQrGraDPX9U/s1600/diaria0091.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-JeEs_i3dwLs/UvjT9gPqBkI/AAAAAAAAHHQ/WQrGraDPX9U/s1600/diaria0091.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<i>VERSOS LUMINOSOS</i><br />
<i><br /></i>
<i>De todas las personas del mundo, la última a quien nadie habría creído capaz de cometer un asesinato era la señora Avis Lardner. Viuda del gran astronauta mártir, era filántropa, coleccionista de arte, anfitriona extraordinaria y, todo el mundo estaba de acuerdo en ello, artista genial. Pero sobre todo era el ser </i><i>humano más dulce y bondadoso que se pudiera imaginar.</i><br />
<i>Como todos recordamos, su marido, William J. Lardner, murió por efecto de la radiación de una erupción solar, después de haberse quedado deliberadamente en el espacio para que una nave de viajeros pudiera llegar sin contratiempo a la Estación Espacial 5.</i><br />
<i>La hazaña de su difunto esposo le había valido a la señora Lardner una generosa pensión, que ella invirtió con acierto y prudencia. Ya en plena edad madura, era una mujer rica.</i><br />
<i>Su casa era una vitrina, un verdadero museo, que sólo contenía colecciones extremadamente selectas de objetos extraordinariamente hermosos, adornados con joyas. Procedentes de una docena de culturas distintas, había conseguido reliquias de casi todos los artefactos imaginables que se pudieran incrustar de </i><i>joyas y destinar al servicio de la aristocracia de la cultura en cuestión. </i><br />
<i>Poseía uno de los primeros relojes de pulsera recamados de joyas fabricados en América, un puñal enjoyado de Camboya, unas gafas incrustadas de joyas de Italia, y un largo etcétera, casi interminable.</i><br />
<i>...</i>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-85393858619096918672019-03-28T00:00:00.000+01:002019-03-28T00:00:00.391+01:00¿Reconoces este fragmento?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-Vh2rew7eEk4/UvfkhIDsGCI/AAAAAAAAHF0/prDXSe9KIdA/s1600/diaria0087.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-Vh2rew7eEk4/UvfkhIDsGCI/AAAAAAAAHF0/prDXSe9KIdA/s1600/diaria0087.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<i>-Creo que no es la primera vez que se le previene contra su mal genio -le dijo el padre Lehy al penitente.</i><br />
<br />
<i>-Sí, padre.</i><br />
<br />
<i>-¿Se da cuenta de que el intento fue casi criminal?</i><br />
<br />
<i>-No había intención de matar.</i><br />
<br />
<i>-¿Trata de excusarse? -le preguntó el confesor.</i><br />
<br />
<i>-No, padre. La intención era herir. Me acuso de violar el espíritu del quinto mandamiento de pensamiento y obra, y de pecar contra la caridad y la justicia, trayendo la desgracia y el escándalo sobre mi cargo.</i><br />
<br />
<i>-¿Se da cuenta de que ha roto la promesa de no recurrir nunca a la violencia?</i><br />
<br />
<i>-Sí, padre, y lo lamento profundamente.</i><br />
<br />
<i>-Y la única circunstancia mitigante es que lo vio todo rojo y pegó. ¿Deja a menudo que la razón le abandone de este modo?</i><br />
<br />
<i>Continuó el interrogatorio con el superior de la abadía arrodillado y el prior sentado como un juez por encima de su maestro.</i>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-49818140720440505132019-03-27T00:00:00.000+01:002019-03-27T00:00:00.135+01:00¿Reconoces este fragmento?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-6ZEa0d7TFkM/UvfkHHE0qpI/AAAAAAAAHFs/5NNLtWTSqpA/s1600/diaria0086.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-6ZEa0d7TFkM/UvfkHHE0qpI/AAAAAAAAHFs/5NNLtWTSqpA/s1600/diaria0086.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<i>El sótano abovedado fue excavado durante los siglos de infiltración nómada procedente del norte, cuando la horda Bayring recorrió la mayor parte de las Llanuras y el desierto, saqueando y destruyendo todos los pueblos que encontraba a su paso. La Memorabilia, el pequeño patrimonio de la abadía conservado desde </i><i>el pasado, había sido emparedada bajo las bóvedas subterráneas para proteger los escritos tanto de los nómadas como de los soidisant cruzados de las órdenes cismáticas, creados para luchar contra las hordas, pero convertidos a la aventura del pillaje y a la lucha de sectas. Ni los nómadas ni la Orden Militar de San Pancracio eran capaces de valorar los libros de la abadía; los nómadas los habrían destruido por el simple placer de la destrucción y los militares frailes-caballeros habrían quemado a muchos de ellos como «heréticos», de acuerdo con la teología de Vissarion, su antipapa.</i><br />
<br />
<i>Ahora, una era de oscuridad parecía concluir. Durante doce siglos, la pequeña llama del conocimiento había sido conservada latente en los monasterios; sólo entonces estaban sus mentes listas para ser avivadas. Hacía mucho tiempo, durante la última era de la razón, ciertos orgullosos pensadores declararon que el conocimiento válido era indestructible... Que las ideas eran imperecederas, y la verdad, inmortal. Pero aquello fue verdad sólo en el más sutil de los sentidos, pensó el abad, y completamente falso en la superficie. Era seguro que en el mundo existía un propósito objetivo; el logos no moral o designio del Creador; pero aquellos propósitos eran de Dios y no del hombre, hasta que encontraron una encarnación imperfecta, un oscuro reflejo, en la mente, palabra y cultura de una determinada sociedad humana, que podía atribuirle valores a los propósitos para que fuesen válidos en un sentido humano en la cultura. Porque el hombre era un portador de cultura al igual que un portador de alma, pero su cultura no era inmortal y podía morir con una raza o una era, y entonces los reflejos humanos del propósito y las descripciones humanas de la verdad </i><br />
<i>retrocedían, sin ser vistas, sólo en el logos objetivo de la naturaleza, y el inefable logos de Dios. La verdad podía ser crucificada; pero pronto quizá se produciría su resurrección.</i>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-73922237853732422692019-03-26T00:00:00.000+01:002019-03-26T00:00:00.153+01:00¿Conoces el fragmento?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-4ylx3YjMjXs/UvfjTpMIf7I/AAAAAAAAHFg/-9DEfiEgzMQ/s1600/diaria0085.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-4ylx3YjMjXs/UvfjTpMIf7I/AAAAAAAAHFg/-9DEfiEgzMQ/s1600/diaria0085.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<i>Frank Frink miró cómo su ex empleador se alejaba anadeando por el pasillo hacia la sección principal de trabajo de la W-M Corporation, y pensó: lo extraño acerca de Wyndam-Matson es que no parece el dueño de una fábrica. Parece un alegre vagabundo, un hombre que se ha dado un baño, se ha puesto ropa nueva, se ha cortado el pelo, se ha afeitado, ha tomado una dosis de vitaminas y se ha lanzado al mundo con cinco dólares a empezar una nueva vida. El viejo era nervioso, tímido, sumiso a veces, como si todos fueran enemigos potenciales más fuertes que él, a quienes tenía que halagar y aplacar. "Me van a saltar encima" </i><br />
<i>parecían decir sus modales.</i><br />
<i>Y sin embargo el viejo W-M era realmente poderoso y manejaba capitales, bienes raíces y toda una serie de empresas. Además de la fábrica W-M.</i><br />
<i>Siguiendo al viejo, Frink abrió el portalón metálico y entró en el taller: un rumor de motores - que había oído a su alrededor todos los días durante tanto tiempo -, hombres frente a sus máquinas, luces que zigzagueaban en el aire, polvo, movimiento. Allá iba el viejo. Frink aceleró el paso.</i><br />
<i>- ¡Eh, señor W-M! - llamó.</i><br />
<i>El viejo se había detenido junto a Ed McCarthy, el capataz de brazos velludos. </i><br />
<i>Frink se acercó y los dos hombres lo miraron.</i>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-34673153841206081122019-03-25T00:00:00.000+01:002019-03-25T00:00:00.127+01:00Inicio de LA ESPADA DE LA VERDAD <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-xhkYbC_GbsE/UvfigKWTiaI/AAAAAAAAHFY/HP4hr1zOCqE/s1600/diaria0084.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-xhkYbC_GbsE/UvfigKWTiaI/AAAAAAAAHFY/HP4hr1zOCqE/s1600/diaria0084.jpg" height="147" width="320" /></a></div>
LA ESPADA DE LA VERDAD<br />
La Señora de la Muerte<br />
TERRY GOODKIND<br />
<br />
No recordaba haber muerto.<br />
<br />
Con una oscura sensación de recelo, se preguntó si las lejanas voces enojadas que flotaban hasta llegar a ella significaban que estaba a punto de padecer aquel trascendental desenlace: la muerte.<br />
<br />
No había absolutamente nada que pudiera hacer al respecto si así era.<br />
<br />
Si bien no recordaba haber muerto, rememoraba vagamente solemnes murmullos que decían que la muerte la había hecho suya, pero que él había presionado su boca sobre la de ella y llenado sus pulmones inactivos con su aliento, su vida, y que al hacerlo había reavivado la suya. No tenía ni idea de quién era la persona que hablaba de una hazaña tan inconcebible.<br />
<br />
Aquella primera noche, al percibir las distantes voces incorpóreas como poco más que una noción vaga, había caído en la cuenta de que había gente a su alrededor que no creía —a pesar de que volvía a estar viva— que fuera a permanecer con vida durante lo que quedaba de la noche. Pero ahora sabía que lo había hecho; había permanecido con vida muchas más noches, quizá como respuesta a plegarias desesperadas y juramentos fervientes murmurados sobre ella aquella primera noche.<br />
<br />
Pero si bien no recordaba haber muerto, recordaba el dolor antes de sumirse en aquella prolongada inconsciencia. El dolor, nunca lo olvidaba. Recordaba de haber peleado sola y salvajemente contra todos aquellos hombres, hombres que mostraban los dientes igual que una jauría de perros salvajes con una liebre. Recordaba la lluvia de golpes brutales que la hizo caer al suelo, las pesadas botas estrellándose contra su cuerpo una vez allí, y el chasquido seco de los huesos al partirse. Recordaba la sangre, tantísima sangre, en los puños de sus atacantes, en sus botas. Recordaba el insoportable terror de carecer de aliento para jadear ante aquella agonía, para gritar contra el peso aplastante del dolor.<br />
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-88332993398889234932019-03-24T00:00:00.000+01:002019-03-24T00:00:00.216+01:00Argumento de LAS RUINAS DE GORLAN<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-YqE8gb4rpy4/UvfhqanuZ9I/AAAAAAAAHFQ/dGRntgsG_Aw/s1600/diaria0083.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-YqE8gb4rpy4/UvfhqanuZ9I/AAAAAAAAHFQ/dGRntgsG_Aw/s1600/diaria0083.jpg" height="152" width="320" /></a></div>
JOHN FLANAGAN<br />
LAS RUINAS DE GORLAN<br />
<br />
Will es un chico de 15 años, bajo para su edad, pero ágil y lleno de energía. Toda su vida ha querido ser guerrero para seguir los pasos de ese padre que nunca llegó a conocer. Cuando le rechazan como aprendiz en la Escuela de Combate del castillo Redmont, se hunde en la desesperación, y aún más todavía cuando le asignan como aprendiz del enigmático Halt para formar parte del Cuerpo de Montaraces.<br />
Los montaraces son un grupo misterioso. Entrenados para el uso del arco y las flechas, los movimientos silenciosos y el arte del camuflaje.<br />
La gente común y corriente teme a los montaraces y cree que son brujos, que su habilidad para moverse sin ser vistos tiene algo que ver con la magia negra. Will comparte ese temor supersticioso, pero mientras su entrenamiento progresa… descubre que las cosas son distintas de como siempre pensó.<br />
Cuando se ve envuelto en una conspiración, tiene que utilizar todo el talento para salvar a su compañero y mentor y no perecer en el intento…<br />
<div>
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-52826009387967576552019-03-23T00:00:00.000+01:002019-03-23T00:00:00.127+01:00Inicio de Los asesinos de Anubis<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-vIssJWTK4Dw/Uvfg96AS3xI/AAAAAAAAHFI/qtJzcxLahwU/s1600/diaria0082.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-vIssJWTK4Dw/Uvfg96AS3xI/AAAAAAAAHFI/qtJzcxLahwU/s1600/diaria0082.jpg" height="212" width="320" /></a></div>
Los asesinos de Anubis<br />
Gary Gygax<br />
<br />
Muerte en Ys<br />
<br />
—¡Otra noche horrible!<br />
Era un lamento en voz alta y áspera, pero el viento de noviembre que cruzaba el océano como un látigo y penetraba en la ciudad situada en el alto brazo de tierra hizo pedazos el sonido.<br />
—Sólo un par de idiotas como nosotros soportarían esta guardia —asintió el segundo hombre, y se arrebujó en su capa de lana marrón y azul. El aire era frío y húmedo, la tela resultaba pesada por el salitre y aquel gesto fue más para consolarse que por buscar abrigo—. Debimos unirnos a una de las compañías libres.<br />
—¿Y morir en uno de esos bosques olvidados de Teutonia? ¡Eres un maldito estúpido, Ollo! —exclamó el hombre más alto.<br />
—Quizá sea un estúpido —concedió con un gruñido el otro guardián de la ciudad—, ¡pero, si nos destinaron a esta guardia, fue gracias a que tú te enredaste con la amante del sargento!<br />
—Retráctate o...<br />
El segundo hombre cogió el brazo de su camarada.<br />
—¡Silencio! —Los dedos se clavaron con fuerza en la carne a pesar de la ropa—. He oído algo extraño... —bajó la voz y prestó atención—. Allí, Alaine. Era un aullido. ¿Lo has oído?Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-63308014997330216622019-03-22T00:00:00.000+01:002019-03-22T00:00:00.345+01:00Inicio de LA SUERTE DE LOS LADRONES<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJlfh0yrYCAVTrO0IeNNChgHuPPfwoooet_6Xvyrtv38Ap2yF0utcExn9fREaXHYLjlgISDVPHxNfpMo3ESxlyi5K3LRdEwQeZ0m5fuFK2v5MZxf1zUL07AsgkZ2LWozanCdg8jcVyE5QB/s1600/diaria0081.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJlfh0yrYCAVTrO0IeNNChgHuPPfwoooet_6Xvyrtv38Ap2yF0utcExn9fREaXHYLjlgISDVPHxNfpMo3ESxlyi5K3LRdEwQeZ0m5fuFK2v5MZxf1zUL07AsgkZ2LWozanCdg8jcVyE5QB/s1600/diaria0081.jpg" height="169" width="320" /></a></div>
LA SUERTE DE LOS LADRONES<br />
LYNN FLEWELLING<br />
<br />
Los enmohecidos huesos se desmoronaron bajo sus botas, mientras Lord Mardus y Vargul Ashnazai descendían a la diminuta cámara que se escondía bajo el montículo. Ignorando el penetrante olor a ciénaga y muerte antigua que reinaba en el lugar, y la húmeda y malsana tierra que manchaba sus cabellos y se escurría espalda abajo por su cuello, Mardus se dirigió hacia el tosco bloque de piedra que se encontraba al fondo de la cámara, haciendo crujir más y más huesos a cada paso. Apartó sin miramientos costillas y cráneos, frágiles como el cristal, y, con ademán reverente, recogió una pequeña bolsa que descansaba sobre la piedra. El podrido cuero se deshizo al contacto y ocho discos de madera grabados cayeron sobre las palmas de sus manos.<br />
-Parece que habéis conseguido vuestro propósito, Vargul Ashnazai -Mardus sonrió y la cicatriz que había debajo de su ojo izquierdo se estiró.<br />
Bajo la escasa luz de la cámara, el cetrino y anguloso rostro de Ashnazai semejaba una máscara fantasmal. Asintió satisfecho y pasó una mano sobre los discos. Por un instante, éstos parecieron temblar y pudo entreverse su verdadera forma.<br />
<div>
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-43922900021739166902019-03-21T00:00:00.000+01:002019-03-21T00:00:00.338+01:00Inicio de CORAZÓN DE TINTA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-L98CjZChtx8/UvfakF8C3gI/AAAAAAAAHEw/KqOISMEpXJw/s1600/diaria0080.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-L98CjZChtx8/UvfakF8C3gI/AAAAAAAAHEw/KqOISMEpXJw/s1600/diaria0080.jpg" height="272" width="320" /></a></div>
CORAZÓN DE TINTA<br />
CORNELIA FUNKE<br />
<br />
Aquella noche llovía. Era una lluvia fina, murmuradora. Incluso años y años después, a Meggie le bastaba cerrar los ojos para oír sus dedos diminutos tamborileando contra el cristal. En algún lugar de la oscuridad ladraba un perro y Meggie no podía conciliar el sueño, por más vueltas que diera en la cama.<br />
Guardaba debajo de la almohada el libro que había estado leyendo. La tapa presionaba su oreja, como si quisiera volver a atraparla entre las páginas impresas.<br />
--Vaya, seguro que es comodísimo tener una cosa tan angulosa y dura debajo de la cabeza -le dijo su padre la primera vez que descubrió un libro debajo de su almohada-. Admítelo, por las noches te susurra su historia al oído.<br />
--A veces -contestó Meggie-. Pero sólo funciona con los niños pequeños. -Como premio Mo le pellizcó la nariz.<br />
Mo. Meggie siempre había llamado así a su padre.<br />
Aquella noche -en la que tantas cosas comenzaron y cambiaron para siempre- Meggie guardaba debajo de la almohada uno de sus libros predilectos, y cuando la lluvia le impidió dormir, se incorporó, se despabiló frotándose los ojos y sacó el libro de debajo de la almohada. Cuando lo abrió, las páginas susurraron prometedoras. Meggie opinaba que ese primer susurro sonaba distinto en cada libro, dependiendo de si sabía lo que le iba a relatar o no. Sin embargo, ahora lo fundamental era disponer de luz. En el cajón de su mesilla de noche escondía una caja de cerillas. Su padre le había prohibido encender velas por la noche. El fuego no le gustaba.<br />
--El fuego devora los libros -decía siempre, pero al fin y al cabo ella tenía doce años y era capaz de controlar un par de velas.<br />
A Meggie le gustaba leer a la luz de las velas. En el antepecho de la ventana tenía tres fanales y tres candeleros. Cuando estaba aplicando la cerilla ardiendo a una de las mechas negras, oyó pasos en el exterior. Asustada, apagó la cerilla de un soplido -¡con qué precisión lo recordaba todavía muchos años después!-, se arrodilló ante la ventana mojada por la lluvia y miró hacia fuera. Entonces lo vio.<br />
<div>
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-36036846476162084842019-03-20T00:00:00.000+01:002019-03-20T00:00:00.972+01:00Inicio de El Libro de las Sombras Contadas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-aIKAyen-JAE/UvfaGAHtjrI/AAAAAAAAHEo/MoSXHa-O67Y/s1600/diaria0079.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-aIKAyen-JAE/UvfaGAHtjrI/AAAAAAAAHEo/MoSXHa-O67Y/s1600/diaria0079.jpg" height="239" width="320" /></a></div>
El Libro de las Sombras Contadas<br />
TERRY GOODKIND<br />
<br />
Era una enredadera de extraño aspecto. Abigarradas hojas de color oscuro crecían a lo largo de un tallo que estrangulaba el liso tronco de un abeto. La savia goteaba por la desgarrada corteza, y ramas secas se desplomaban, todo lo cual daba la impresión de que el árbol tratara de lanzar una queja al frío y húmedo aire de la mañana. Por todo lo largo de la enredadera sobresalían vainas, que casi parecía que miraran cautelosas alrededor por si alguien estuviera vigilando.<br />
El olor fue lo primero que le llamó la atención, un olor semejante a la descomposición de algo muy desagradable incluso cuando estaba vivo. Richard se pasó la mano por su espesa mata de pelo mientras su mente se desprendía de la bruma de desesperación y se concentraba en observar la enredadera. Buscó otras, pero no había más. Todo lo demás parecía normal. Los arces del bosque Alto Ven estaban teñidos de carmesí y lucían con orgullo su nuevo manto, que se mecía en la suave brisa. Ahora que las noches eran cada vez más frescas, sus primos del bosque del Corzo, más al sur, no tardarían en imitarlos. Los robles se resistían a la nueva estación y aún conservaban sus copas color verde oscuro.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-63782959815172516052019-03-19T00:00:00.000+01:002019-03-19T00:00:00.418+01:00¿Sabes la procedencia de este fragmento?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-EMSB5c4uvtU/UvblLkGB0II/AAAAAAAAHEY/fmQYBgETLV4/s1600/diaria0078.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-EMSB5c4uvtU/UvblLkGB0II/AAAAAAAAHEY/fmQYBgETLV4/s1600/diaria0078.jpg" height="236" width="320" /></a></div>
Manos suaves y acariciantes lo recorrían; se detenían en cada pulgada de superficie de su cuerpo.<br />
<br />
Jasperodus yacía pasivo, concentrándose en las sensaciones placenteras.<br />
<br />
La muchacha era la misma pelirroja que participó en aquella primera limpieza que le hicieron, hacía casi dos años. Ahora que él era amo del palacio, ella se había ofrecido para brindarle sus servicios a diario, y lo frotaba y lustraba para conservarlo majestuoso y reluciente. Obviamente la muchacha gozaba con la tarea, que de algún modo la excitaba. A veces se le ahuecaba la respiración, y ocasionalmente al masajear el bulto metálico de la entrepierna de Jasperodus, parecía dominada por un frenesí momentáneo y recorría el aire con la mano como si manipulara el falo inexistente.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-11447131848955770992019-03-18T01:43:00.000+01:002019-03-18T01:43:00.171+01:00Inicio de La Oscuridad<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-Vxb9URI4aSk/UvbkzGv3tcI/AAAAAAAAHEQ/OgspHQkqqqY/s1600/diaria0077.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-Vxb9URI4aSk/UvbkzGv3tcI/AAAAAAAAHEQ/OgspHQkqqqY/s1600/diaria0077.jpg" height="253" width="320" /></a></div>
La Oscuridad<br />
Marianne Curley<br />
<br />
Antes de que el mundo pueda ser libre,<br />
será testigo del asesinato de la inocencia<br />
en los bosques que hay sobre la antigua ciudad de Verdemar,<br />
donde se revelarán nueve identidades.<br />
<br />
Un rey llegará a gobernar,<br />
pero no antes de que un líder de corazón puro se despierte<br />
y un guerrero sin edad con alma antigua<br />
lo guíe con gracia y providencia.<br />
<br />
Mas cuidado, los nueve verán llegar y partir a un traidor,<br />
lo que dará pie a una guerra larga y atroz,<br />
y los Elegidos se unirán con fuerza<br />
aunque la desconfianza causará discordia.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-38392996982060760142019-03-17T01:41:00.000+01:002019-03-17T01:41:00.314+01:00Inicio de La aprendiz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-GdOk8_Ul6Fk/UvbkZBX6-WI/AAAAAAAAHEE/015I7H7udFw/s1600/diaria0076.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-GdOk8_Ul6Fk/UvbkZBX6-WI/AAAAAAAAHEE/015I7H7udFw/s1600/diaria0076.jpg" height="212" width="320" /></a></div>
Trudi Canavan<br />
La aprendiz<br />
<br />
Cada verano, durante unas pocas semanas, el cielo sobre Kyralia exhibía un rotundo color azul y el sol caía a plomo. En la ciudad de Imardin, el polvo tomaba las calles y en el Puerto los mástiles sucumbían a la calima, mientras hombres y mujeres se refugiaban en su hogar, abanicándose y sorbiendo zumo o, en las zonas más peligrosas de las barriadas, bebiendo copiosas cantidades de bol.<br />
<br />
Pero en el Gremio de los Magos de Kyralia estos días abrasadores saludaban la proximidad de un importante evento: el juramento de la promoción estival de aprendices.<br />
<br />
Sonea hizo una mueca y se tiró del cuello del vestido. Aunque su deseo era llevar los mismos ropajes sencillos pero bien confeccionados que había vestido desde que vivía en el Gremio, Rothen había insistido en que necesitaba algo más elegante para la Ceremonia de Aceptación.<br />
<br />
—No te preocupes, Sonea —dijo Rothen, riendo por lo bajo—. Terminará pronto y después ya tendrás la túnica con la que vestirás. Estoy seguro de que te hartarás de ella enseguida.<br />
<br />
—No estoy preocupada —le replicó Sonea con irritación.<br />
<br />
Los ojos del mago se iluminaron divertidos.<br />
<br />
—¿De verdad? ¿Ni siquiera te sientes un poco nerviosa?<br />
<br />
—No es como la Vista del año pasado. Aquello fue algo salvaje.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-67254479536505965482019-03-16T00:00:00.000+01:002019-03-16T00:00:00.158+01:00La Nave Robada<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-bIp6kWHrP1s/Uvbj-s7DJ9I/AAAAAAAAHD8/F_LBPdNbV5E/s1600/diaria0075.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-bIp6kWHrP1s/Uvbj-s7DJ9I/AAAAAAAAHD8/F_LBPdNbV5E/s1600/diaria0075.jpg" height="231" width="320" /></a></div>
<i><b>La Nave Robada</b></i><br />
<i> </i><br />
<i>La sensación de hallarse en el hiperespacio, con el cosmos como fondo, siempre sobrecogía al principio. A Jeff le parecía que estaba perdido para siempre fuera del tiempo y del espacio normal. Pero, en cuanto se hubo recuperado de aquella impresión, Norby regresó. Jeff parpadeó porque esperaba hallarle en el exterior de la rueda del Comando Espacial, flotando en el espacio, pero en cambio sus ojos se llenaron de luz brillante.</i><br />
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<i>—Yo creí que había sintonizado con el paradero de Pera —dijo Norby en voz baja—, pero hemos llegado demasiado tarde.</i><br />
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<i>Estaban en la sala de control de una nave que le era familiar. Jeff parpadeó de nuevo y reconoció la primera hipernave experimental del Comando Espacial para viajar por el hiperespacio, y hasta el presente la única, a la que Yobo había vuelto a bautizar recientemente con el nombre de La Búsqueda.</i><br />
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<i>—Vaya, vaya. Visitas inesperadas —dijo una voz desagradable que le resultaba amargamente familiar.</i><br />
<i>...</i>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-876395151920457724.post-25800645388447558632019-03-15T01:39:00.000+01:002019-03-15T01:39:00.236+01:00Inicio de Antes de que los cuelguen<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-zxWvrtOzhW0/UvbjkQeSm2I/AAAAAAAAHD0/1xAvP8onTXE/s1600/diaria0074.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-zxWvrtOzhW0/UvbjkQeSm2I/AAAAAAAAHD0/1xAvP8onTXE/s1600/diaria0074.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
Joe Abercrombie<br />
Antes de que los cuelguen<br />
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Maldita niebla. Se te mete en los ojos, no te deja ver más que un par de zancadas del terreno que tienes delante. Se te mete por las orejas, no te deja oír nada, y si acaso oyes algo, no sabes de dónde viene. Se te mete por la nariz, no te deja oler nada que no sea humedad. Maldita niebla. Es la pesadilla del explorador.<br />
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Hacía unos días que habían dejado el Norte y entrado en Angland, cruzando el Torrente Blanco, y desde entonces el Sabueso andaba con los nervios a flor de piel: explorando territorio desconocido en medio de una guerra que ni les iba ni les venía. También sus camaradas andaban inquietos. Aparte de Tresárboles, ninguno de ellos había salido nunca del Norte. Hosco tal vez sí. Pero no solía hablar de los sitios en los que había estado.<br />
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Habían pasado unas cuantas granjas incendiadas y un pueblo abandonado por sus habitantes. Las típicas construcciones de la Unión, edificios grandes, cuadrados. Habían visto huellas de caballos y de hombres. Muchas huellas, pero ni un solo hombre. El Sabueso sabía que Bethod no podía andar muy lejos; su ejército estaría desplegado por el territorio, buscando ciudades que incendiar, provisiones que robar, gente a la que matar. Sembrando la destrucción a su paso. Tendría exploradores por todas partes. Si capturaban al Sabueso, o a cualquiera de sus compañeros, volverían al barro, aunque no de forma demasiado rápida. Cruces ensangrentadas, cabezas ensartadas en picas, todas esas cosas; el Sabueso no se hacía demasiadas ilusiones al respecto.Unknownnoreply@blogger.com0