Thomas M. Disch
DIVIÉRTASE CON SU NUEVA CABEZA
Las CABEZAS son tan graciosas, y hay miles de risas almacenadas para usted, en
la nueva y mejorada CABEZA. Todos disfrutan una CABEZA parlante, jóvenes y
adultos por igual. Guste, vea, huela, y «sienta dolor» con una CABEZA.
Experimente cada emoción conocida por la CABEZA. Y si usted ya tuviera una
CABEZA, recuerde lo que dicen las CABEZAS: «¡Dos CABEZAS es mejor que una!»
Todos disfrutan una CABEZA parlante, Cada minuto es diferente del siguiente en
el increíble caos de pensamientos de una CABEZA. Y cada CABEZA individual es
diferente!
jueves, 30 de enero de 2014
sábado, 25 de enero de 2014
Inicio de Elogio de tu cuerpo
ELOGIO DE TU CUERPO
Alaide Floppa
Tus ojos
Mínimos lagos tranquilos
donde tiembla la chispa
de tus pupilas
y cabe todo
el esplendor del día.
Límpidos espejos
que enciende la alegría
de los colores.
Ventanas abiertas
ante el lento paisaje
del tiempo.
Lagos de lágrimas nutridos
y de remotos naufragios.
Nocturnos lagos dormidos
habitados por los sueños,
aún fulgurantes
bajo los párpados cerrados.
Alaide Floppa
Tus ojos
Mínimos lagos tranquilos
donde tiembla la chispa
de tus pupilas
y cabe todo
el esplendor del día.
Límpidos espejos
que enciende la alegría
de los colores.
Ventanas abiertas
ante el lento paisaje
del tiempo.
Lagos de lágrimas nutridos
y de remotos naufragios.
Nocturnos lagos dormidos
habitados por los sueños,
aún fulgurantes
bajo los párpados cerrados.
lunes, 20 de enero de 2014
Fragmento de El príncipe de los perros
KATE ELLIOTT
EL PRÍNCIPE DE LOS PERROS
Todas las primaveras conseguían sobrevivir escondidos en el barrio abandonado de la curtiduría, de donde salían solo por la noche para conseguir comida. Después de unas cuantas noches escapando de los perros, escondiéndose en los fosos, se acostumbraron a tener un olor nauseabundo. Matthias le dijo a su hermana que era mejor apestar, como los curtidores, que ser despedazado por los perros.
Anna se quedó en silencio pensando en esto. Estaba contenta en cierta medida al saber que en el caso de que los salvajes eikas los cogieran, si les dieran caza los perros y les desgarraran los brazos de los hombros, las piernas de las caderas, al menos olerían tan mal a estiércol de pollo que probablemente ni siquiera esos espantosos perros se los comerían. O incluso si se los comieran los perros, quizá al haber estado su carne sumergida tantas veces en taninos de corteza de roble, la piel habría empezado a desarrollar una corteza dura que envenenaría a aquellas criaturas. Después, desde la Cámara de la Luz, en la que su espíritu descansaría después de la muerte en paz bendita, ella podría verles cuando murieran desesperada y estremecedoramente.
EL PRÍNCIPE DE LOS PERROS
Todas las primaveras conseguían sobrevivir escondidos en el barrio abandonado de la curtiduría, de donde salían solo por la noche para conseguir comida. Después de unas cuantas noches escapando de los perros, escondiéndose en los fosos, se acostumbraron a tener un olor nauseabundo. Matthias le dijo a su hermana que era mejor apestar, como los curtidores, que ser despedazado por los perros.
Anna se quedó en silencio pensando en esto. Estaba contenta en cierta medida al saber que en el caso de que los salvajes eikas los cogieran, si les dieran caza los perros y les desgarraran los brazos de los hombros, las piernas de las caderas, al menos olerían tan mal a estiércol de pollo que probablemente ni siquiera esos espantosos perros se los comerían. O incluso si se los comieran los perros, quizá al haber estado su carne sumergida tantas veces en taninos de corteza de roble, la piel habría empezado a desarrollar una corteza dura que envenenaría a aquellas criaturas. Después, desde la Cámara de la Luz, en la que su espíritu descansaría después de la muerte en paz bendita, ella podría verles cuando murieran desesperada y estremecedoramente.
miércoles, 15 de enero de 2014
Inicio de El último elfo
SILVANA DE MARI
EL ÚLTIMO ELFO
Capítulo 1
Hacía días que llovía. El barro le llegaba hasta los tobillos. Incluso las ranas habrían terminado por ahogarse en aquel mundo transformado en un pantano, si no hubiera parado de llover.
Él, seguramente, habría muerto, si no hubiese encontrado pronto un lugar seco donde protegerse.
El mundo era frío. El hogar de su abuela había sido un lugar cálido. Pero de eso hacía ya mucho tiempo. El corazón del pequeño elfo se encogió de nostalgia.
Su abuela decía que si soñaba con bastante fuerza, las cosas se hacían realidad. Pero la abuela ya no lograba soñar. Un día, la madre del pequeño elfo se había marchado al lugar del que no se vuelve y la abuela ya no logró soñar más. Y él era demasiado pequeño para soñar. O quizá no.
EL ÚLTIMO ELFO
Capítulo 1
Hacía días que llovía. El barro le llegaba hasta los tobillos. Incluso las ranas habrían terminado por ahogarse en aquel mundo transformado en un pantano, si no hubiera parado de llover.
Él, seguramente, habría muerto, si no hubiese encontrado pronto un lugar seco donde protegerse.
El mundo era frío. El hogar de su abuela había sido un lugar cálido. Pero de eso hacía ya mucho tiempo. El corazón del pequeño elfo se encogió de nostalgia.
Su abuela decía que si soñaba con bastante fuerza, las cosas se hacían realidad. Pero la abuela ya no lograba soñar. Un día, la madre del pequeño elfo se había marchado al lugar del que no se vuelve y la abuela ya no logró soñar más. Y él era demasiado pequeño para soñar. O quizá no.
lunes, 13 de enero de 2014
viernes, 10 de enero de 2014
Fragmento de El Halconero
De DOUGLAS CLEGG
La vida mortal es el eco de los pasos que se oyen en la antecámara de la muerte. A pesar de las aventuras vislumbradas en el Umbral de la Muerte, volvemos a la vida, como si ese eco lo fuera todo.
Y en la vida, la sangre es nuestro sustento y la carne nuestro manto, pero la respiración es la vida misma, la eternidad.
La vida mortal es el eco de los pasos que se oyen en la antecámara de la muerte. A pesar de las aventuras vislumbradas en el Umbral de la Muerte, volvemos a la vida, como si ese eco lo fuera todo.
Y en la vida, la sangre es nuestro sustento y la carne nuestro manto, pero la respiración es la vida misma, la eternidad.
domingo, 5 de enero de 2014
Canción colombiana
"Yo tenía mi Cafetal", que describe la historia típica de algunos agricultores por allá:
"Yo tenía mi cafetal,
era una tierra muy generosa
envidia de toda la vecindad,
Pero la verdad,
apenas daba para la yuca
y pa' educar los pela'os
Hasta que llegó
un tipo gordo y muy bien trajeado,
que no se quiso identificar.
me convidó
a una parranda pa' proponerme
a mi un negocito muy bueno.
Todas las noches yo vi pasar
billetes verdes en cantidad,
muchas mujeres, mucho aguardiente
y que vida fácil sin trabajar.
El tipo gordo me convenció
de que sembrara en mi cafetal
una semilla que me haría rico
sin siquiera regarla.
Ese demonio cultivo, cultivo mono.
Ellos ponen la semilla y yo el abono.
Empecé a sembrar
y me empecé a llenar de billetes
que me gastaba en parranda.
Contraté un chofer
y me compré un último modelo
de gran estilo y tamaño.
Hasta que un día nos metieron presos
al tipo gordo, al chofer y a mi.
No te preocupes, me dijo el tipo,
que ese problema lo arreglo yo.
A la semana al tipo le dieron
los tribunales la libertad
y hace tres años que estoy preso
por la maldita semilla.
Ese demonio cultivo, cultivo mono.
Yo estoy cumpliendo condena del abandono".
"Yo tenía mi cafetal,
era una tierra muy generosa
envidia de toda la vecindad,
Pero la verdad,
apenas daba para la yuca
y pa' educar los pela'os
Hasta que llegó
un tipo gordo y muy bien trajeado,
que no se quiso identificar.
me convidó
a una parranda pa' proponerme
a mi un negocito muy bueno.
Todas las noches yo vi pasar
billetes verdes en cantidad,
muchas mujeres, mucho aguardiente
y que vida fácil sin trabajar.
El tipo gordo me convenció
de que sembrara en mi cafetal
una semilla que me haría rico
sin siquiera regarla.
Ese demonio cultivo, cultivo mono.
Ellos ponen la semilla y yo el abono.
Empecé a sembrar
y me empecé a llenar de billetes
que me gastaba en parranda.
Contraté un chofer
y me compré un último modelo
de gran estilo y tamaño.
Hasta que un día nos metieron presos
al tipo gordo, al chofer y a mi.
No te preocupes, me dijo el tipo,
que ese problema lo arreglo yo.
A la semana al tipo le dieron
los tribunales la libertad
y hace tres años que estoy preso
por la maldita semilla.
Ese demonio cultivo, cultivo mono.
Yo estoy cumpliendo condena del abandono".
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