DAMIANA Y LUCÍA
Anónimo Primero de la Escuela de Murcia
Toda contienda, aquí en la Tierra, no es otra cosa que una imagen o parábola del
conflicto que mantienen Dios y el Maligno. Esto se afirma, naturalmente, de los
sucesos que merecen el nombre de verdaderos conflictos, no de las simples
colisiones; aquéllos valen como enfrentamiento de significados, y éstas, como
pugna de hechos. Dios y el Demonio están simbolizados en las pendencias humanas,
pero no intervienen directamente en ellas, a la manera de los dioses griegos,
sino que actúan por representación: los asuntos de los hombres son figura de los
asuntos de Dios y del Diablo, pero no los mismos.
La disputa entre Daniel y Damiana fue litigio lleno de densa e inacabable
pasión; pocas veces pusieron las criaturas tanto fervor en algo como estos
amantes en su desafío; pocas veces llegó alguien a querer con más voluntad ni a
encarnar el deseo con mayor necesidad.
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