sábado, 31 de diciembre de 2011

Autoría de esta frase

Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Cervantes era gallego

César Brandariz revela que las obras del genio contienen numerosas alusiones a costumbres típicamente gallegas El madrileño César Brandariz lleva décadas a Miguel de Cervantes. Autor de "Reconstruyendo a Cervantes" y "Cervantes decodificado", publica ahora " "El hombre que hablaba difícil. ¿Quién era realmente Cervantes?"

Miguel de Cervantes Saavedra no nació en Alcalá de Henares, sino en el lugar de Cervantes, en Sanabria, comarca limítrofe con Galicia, León y Portugal, que "El Quijote" –al que Brandariz prefiere referirse con su título original, "El Quixote"–, estudió en el colegio de los jesuitas de Monterrei y que el origen remoto del apellido Cervantes es Lugo. Así lo documenta el investigador cervantino César Brandariz en su último libro, "El hombre que hablaba difícil. ¿Quién era realmente Cervantes?", de la editorial gallega Ézaro Ediciones.

En el siglo XVI, León no existía como concepto y Sanabria formaba parte de los dominios del conde-duque de Benavente, que se consideraba a sí mismo un noble gallego. A su territorio pertenecía también Viana do Bolo. Sanabria participaba de todo un poco: del dialecto astur-leonés, y del gallego y el portugués, y en este ambiente se cría Cervantes. El origen remoto de su familia es Cervantes, en Lugo. Sus antepasados presumiblemente fueron tratantes que pasaron a Castilla y que se establecieron en Cervantes, en Sanabria, y en Alcalá de Henares.

Un texto escrito por el propio Cervantes del colegio de los jesuitas de Monterrei que se conserva en la Real Academia de la Historia de Madrid, cuenta que está sentado en lo alto de una peña en Monterrei y que ve como los portugueses vacían Chaves en peregrinación hacia la ermita de los Remedios. Cervantes muere en 1616, y un siglo y cuarto después no se sabe quién ni de dónde es; hasta el punto de que el primer ministro inglés quiere hacer un regalo a la reina Carolina de Inglaterra y manda traducir "El Quixote", y se encuentra con que no tiene información de su autor. Al parecer otro gallego, el benedictino Fray Martín Sarmiento, dirá en "Topografía e Historia general de Argel", que entre los cautivos está Miguel de Cervantes, hidalgo principal de Alcalá, un error, porque Cervantes ni siquiera tenía tratamiento de don.

Cervantes narra costumbres inequívocamente gallegas, como la farrapada y la danza de las espadas en "Pedro Urdemales", la cascabelada, la bica, la Santa Compaña, y supersticiones gallegas, en "Persiles y Segismunda"; la licantropía, y las ánimas, en el propio "Quixote". Además no conocía muy bien La Mancha, donde no hay concejos ni lugares –entidades de población típicas de Galicia–, ni castaños, ni gaitas, ni se comía trucha ni se usaban zuecos. Tampoco se araba ya con bueyes, ni se empleaban interjecciones como "¡tarde piache!". Los molinos de viento existían en el noroeste español dos siglos antes que en La Mancha: Juan Vidal hablaba en 1525 de los molinos cerca de la Torre de Hércules; Catoira tenía molinos, Ourense, Benavente... En las primeras ediciones de sus obras hay cantidad de vocablos sanabreses, gallegos y portugueses.

domingo, 25 de diciembre de 2011

El inicio de un clásico

El inicio semanal. ¿A que libro pertenece?

Soy un enfermo. Soy un malvado. Soy un hombre desagradable. Creo que padezco del hígado. Pero no sé absolutamente nada de mi enfermedad. Ni siquiera puedo decir con certeza dónde me duele.
Ni me cuido ni me he cuidado nunca, pese a la consideración que me inspiran la medicina y los médicos. Además, soy extremadamente supersticioso... lo suficiente para sentir respeto por la medicina. (Soy un hombre instruido. Podría, pues, no ser supersticioso. Pero lo soy.)  Si no me cuido, es, evidentemente, por pura maldad. Ustedes seguramente no lo comprenderán; yo sí que lo comprendo.

sábado, 24 de diciembre de 2011

viernes, 23 de diciembre de 2011

El verdadero dolor

No resulta fácil para nadie asimilar el hecho de que más allá de ese negro mar de pesadilla preñado de miedos e inseguridades que se alberga en cada subconsciente, existe una abrupta realidad con tendencia a permanecer velada hasta que decide formar parte activa en nuestra existencia; y entonces, y sólo entonces, comienza a dar cuenta de nosotros el verdadero dolor, un dolor que únicamente puede compartir nombre con el que antaño conocimos; demasiado real, demasiado terrible para ser concebido por el alma humana. Las pesadillas, después de todo, no son más que sueños ingratos en los que su efímero padecer apenas es proporcional al consuelo liberador que trae consigo el despertar.

Ahora sé que cuando dicho dolor es producido por una verdad inamovible, puede llegar a perdurar tanto como aquel que está destinado a sufrirlo.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

No se qué pasa con las que hacen mesas

Bueno, al menos para muchos si nos dicen que alguien es mesera, pensaríamos en carpinteras.
Pero realmente en muchos países del otro lado del charco se refiere a Camareras de café o restaurante.
Lo que no sé es lo que quieren de ellas.

martes, 20 de diciembre de 2011

Embriaguez

Ingiero amargos venenos que distorsionan mi realidad,
los cuales, solo a veces, consiguen sacar a la luz
lo bueno que pudiera haber en mí


lunes, 19 de diciembre de 2011

Crueldad es...

Crueldad es cuando con risas acrecientas el brotar de lágrimas que en mi necesidad de consuelo creí acallarías. La misma necesidad que me llevó a vencer la vergüenza que me impedía confiar en ti para enseñarte la herida de la que ahora te burlas.

¿Cómo pueden ser mis lágrimas el precio de tu alegría?


domingo, 18 de diciembre de 2011

El inicio de un clásico

Este es uno facilillo, para ver si la gente se anima:

Este nuevo estado en que Dios ha puesto a vuestra merced, sujetándola a las leyes del sancto matrimonio, aunque es como camino real, más abierto y menos trabajoso que otros, pero no carece de sus dificultades y malos pasos, y es camino adonde se tropieza también, y se peligra y yerra, y que tiene necesidad de guía como los demás; porque el servir al marido, y el gobernar la familia, y la crianza de los hijos, y la cuenta que juntamente con esto se debe al temor de Dios, y a la guarda y limpieza de la consciencia (todo lo cual pertenece al estado y oficio de la mujer casada), obras son que cada una por si pide mucho cuidado, y que todas ellas juntas no se pueden cumplir sin favor particular del cielo.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Incomprensión

No sabía cómo ocurrió, y la verdad es que a estas alturas, y tras lo sufrido, ni siquiera le importaba. Lo único cierto es que desde el desafortunado accidente laboral su existencia había cambiado.

¿Cómo iba a imaginar que se le marginaría por ser distinto, que estaría condenado a vivir solo, a huir de las miradas de miedo y desprecio, sentimientos que con facilidad incitan al hombre a la violencia física?

Incluso sus seres queridos renegaron de él, apartándolo de su vida. Se había convertido en un monstruo, y consciente de ello se condenó al ostracismo.

Su existencia se redujo a matar el hambre como podía, y a huir de maldicientes y agresores; sin que faltara entre los más radicales alguno que intentara acabar con él. Y así se mantuvo durante largo tiempo, hasta que, cansado de ser un proscrito que por sistema despertaba odio y miedo en la gente consiguió una pistola y, en mitad de uno de esos ataques de lucidez, aquel zombi se voló los sesos.


Texto publicado originalmente en el tercer número de la Biblioteca Fosca: Zombis

Publicado recientemente en el Nº 76 de la revista "De Primera Mano" (Ciudad del este - Paraguay).

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Españoles intentándolo en inglés

Si la semana pasada colocaba un cartel yankee, pues vamos a tirar piedras contra nosotros. Tampoco es que nuestro control de inglés sea altísimo.

martes, 13 de diciembre de 2011

Genaro


Desde siempre, Genaro Robles pasó buena parte de su tiempo en el monte. Allí recogía la basura de los excursionistas, estropeaba las trampas de los furtivos, y cuando podía, plantaba algún que otro árbol. Un tipo solitario que algunos tacharon de loco.
Hoy, 20 años después, la Fundación Genaro Robles tiene sucursales por todas España. Miles seguimos su ejemplo.
*Micro seleccionado por la consejería de medioambiente para formar parte de las ecoagendas y calendarios del 2011.

domingo, 11 de diciembre de 2011

El inicio de un clásico

A ver cuantos saben de donde es este inicio.

Había una vez un rey y una reina que estaban tan afligidos por no tener hijos, tan afligidos que no hay palabras para expresarlo. Fueron a todas las aguas termales del mundo; votos, peregrinaciones, pequeñas devociones, todo se ensayó sin resultado.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Autoría de esta frase

Algunos nacen grandes; otros hacen grandes cosas, y otros se ven aplastados por ellas.

martes, 6 de diciembre de 2011

2046


Bajo la atenta mirada de dos buitres negros que compartían rama en un alcornoque, el anciano recorría el monte con una sonrisa en los labios. Jamás pensó que él y sus habitantes le sobrevivirían, y que llegaría a verlo más hermoso y poblado que nunca. Jamás que, cuando la desforentación empezó a hacerse presente, despertaría la conciencia del mundo.



*Micro seleccionado para la ecoagenda 2011 de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

lunes, 5 de diciembre de 2011

El nombre del viento

Ficha Técnica
Título: El NOMBRE DEL VIENTO
Autor: PATRICK ROTHFUSS
Editorial:  Plaza y Janés
Páginas: 872
ISBN: 84-9908-247-9
Género: Novela / Fantasía Épica



He pasado muchos años desligada totalmente de la literatura fantástica. Bueno, no, no exactamente. Seguía leyendo, pero nada nuevo. Cuando me apetecía leer algo de ese tema me limitaba a releer lo que tenía por las estanterías. Eso  hizo que no estuviera al tanto de las novedades, salvo para enterarme de si Martin la había palmado ya antes de publicar el siguiente libro de la saga o si de repente nos sorprendía acabando el que llevábamos años esperando.

Hasta el año pasado en que, de forma totalmente fortuita tropecé con gente aficionada a este género de literatura y decidí retomarlo, tenía el tema abandonado. Poco a poco voy poniéndome las pilas y voy descubriendo libros y autores que para mí son nuevos, mientras que para la mayoría de los aficionados al género, sobre todo para aquellos más jóvenes que yo (la inmensa mayoría, por no decir todos), y que dominan el inglés, ya es literatura anticuada.

En este renacimiento de mi afición literaria, herencia de una infancia y una juventud algo extrañas, y viendo todos los comentarios elogiosos de este libro en webs, blogs, foros y demás mentideros del fantástico patrio y ajeno, decidí echar un ojo a esta afamada novela, pensando que me había perdido algo meritorio.
La verdad es que me decepcionó bastante. Creo que me podría llevar a pensar que tienen razón aquellos que dicen que no hay relatos nuevos, que todo está ya contado, que lo que vale es la forma de contarlo y de hacer más o menos creíbles e interesantes los personajes y las situaciones. Podría, si no fuese porque sí  he leído algunas de esas historias que cuentan cosas nuevas.

Y esto es lo que me pasa con este libro. Hubo momentos, muchos, en los que pensaba que ya había lo leído, y otros en los que sabía lo que iba a pasar, que lo veía tan predecible y tan manido, que me daba rabia no ubicarlo en una novela determinada, pero no lo hacía, porque solo pensaba en literatura fantástica. Conocía la historia, perfectamente, y conforme avanzaba se me hacía mas y mas familiar, pero seguía descolocada.

Hasta un tiempo después de haberlo terminado, no pude enfocarlo con otra perspectiva. Fue entonces cuando descubrí con que libros lo asociaba de tal forma que parecían solaparse el uno con los otros hasta formar una sensación de “dejá vu”. Quizá no sea tan parecido, quizá solo sea una asociación relativa, pero la verdad es que cuanto mas pienso en ello, mas elementos de conexión le encuentro con “El médico”, la famosa novela de Noah Gordon, y en un plano distanciado, con “Retorno a Brideshead”, de Evelyn Waugh, y por supuesto con Harry Potter, aunque con esta tiene en común lo mismo que cualquier otra novela ambientada en una universidad anglosajona, aparte de un personaje calcado del bribón Draco Malfoy.

Con la primera,  las semejanzas de la trama son importantes: mientras el joven Kvrothe pasa su infancia con una troupe de titiriteros y su adolescencia como arrapiezo en la ciudad, para acabar pasando su juventud en una universidad donde aparece como alumno aventajado pero paria, Robert Cole pasa su infancia como arrapiezo de Londres y su adolescencia como aprendiz de barbero y titiritero ambulante, lo que le da al instrucción necesaria para, cuando llega a la universidad de sus sueños, ser un alumno aventajado pero paria. Ambos tienen un don que los hace especiales, aunque no se trate del mismo, y ambos maduran y encuentran la amistad y el amor de las mismas maneras. Quizá el hecho de que una transcurra en un periodo medieval concreto de la historia, y la otra esté ambientada en una época medievalista muy similar aún hace que las semejanzas sean mayores.

Respecto a la segunda novela con la que la relaciono, “Retorno a Bridesead”, fue sobre todo el ambiente de la universidad lo que me hizo recordar, más que al libro de Evelyn Waugh, a la extraordinaria serie de la BBC. Puede que alguno la recuerde como la que lanzó al estrellato, a principios de los ochenta, a un joven y fascinante Jeremy Irons. Pero es sobre todo la relación del protagonista con Julia, la hermana del impresionante Sebastian lo que me viene a la mente cuando recuerdo ciertos pasajes de “El nombre del Viento”, que no voy a desvelar aquí, a riesgo de “spoilear” al personal.

Respecto a los personajes, son bastante planos y estereotipados. Si Kvrothe quiere ser cínico y descreído cuando se nos presenta como un cantinero, tiene que practicar mucho para alcanzar a Athos, por ejemplo (el mosquetero de mayor edad de los tres que Dumas hizo famosos), o al  mítico Philip Marlowe. Y cito estos como prototipos antiguos que ya le daba mil vueltas al significado de personaje amargado, irónico, torvo y oscuro cuando los abuelos de estos autores aun no sabían ni por donde se cogía un lápiz. El resto de los personajes son meras comparsas sin personalidad, totalmente olvidables.

Lo único destacable es el estilo narrativo, que no es que sea ninguna maravilla, pero engancha, es de fácil lectura, y hace que entretenga lo suficiente como para ser leído con bastante agrado. Y hoy día ya es de agradecer que sea así ya que es lo único que nos puede aportar una novela que no se esmera nada en la trama ni en los personajes. Es la gran ventaja de este escritor. Ha escrito muy bien una historia ya escrita y para quien le venga de nuevas, puede ser la gran maravilla de la literatura fantástica.

No sé. A mí si me quieren contar caperucita, tendrán que esmerarse mucho más para que después me trague la bella durmiente, que por lo que van comentando por ahí quienes la están leyendo en inglés, tiene toda la  pinta de ser la segunda parte. Esperaré, a ver que dicen los que la leen en castellano, ahora que acaba de salir.

domingo, 4 de diciembre de 2011

El inicio de un clásico

Veamos si dais con este más o menos sencillo:

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación.
Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos
por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras
más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.
En el trono de Inglaterra había un rey de mandíbula muy desarrollada y una reina de cara
corriente; en el trono de Francia había un rey también de gran quijada y una reina de hermoso rostro.
En ambos países era más claro que el cristal para los señores del Estado, que las cosas, en general, estaban aseguradas para siempre. Era el año de Nuestro Señor, mil setecientos setenta y cinco. En período tan favorecido como aquél, habían sido concedidas a Inglaterra las revelaciones espirituales.
Recientemente la señora Southcott había cumplido el vigésimo quinto aniversario de su aparición
sublime en el mundo, que fue anunciada con la antelación debida por un guardia de corps, pronosticando que se hacían preparativos para tragarse a Londres y a Westminster.