La voz de Karlen rebotó contra las paredes curvas, a través de los vastos
pisos.
Un enorme vacío resonaba en la cabeza de Cramer. Las señales habían estado
golpeando, retumbando como martillazos, y ahora habían cesado
abruptamente.
Extrajo el láser.
—Adelante, capitán, quiero ver cómo usa eso —sugirió Karlen.
Cramer estaba
traspirando. Algo en el tono de Karlen lo empujaba.
Con el cañón hacia el suelo, apretó el gatillo. No pasó nada.
Karlen soltó una carcajada.
—¿Lo ve? —dijo.
—¿Qué es esto? —logró decir Cramer con un hilo de voz.
—Es muy simple, en realidad, capitán. Las armas de energía no funcionan en
la cámara ovalada. Hay un campo de fuerza. Realmente cuidan mucho esta
zona, ¿no le parece?
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