domingo, 19 de mayo de 2013

¿Sabes de donde es este fragmento?

El suave murmullo de un cepillo de cerda de caballo refregando el piso afuera fue el único ruido que perturbó el silencio de la biblioteca, además del trino lejano de los pájaros. Mientras Damien hacía lo imposible por concentrarse en una carta de su hermana, su tío estaba de pie junto a la ventana, disfrutando un cigarro y su quinto vaso de oporto. Miles miraba los estantes de libros hasta que finalmente se decidió por “El apogeo y la caída de Afila, Rey de los Hunos”. Damien miró a su medio hermano hojeando el libro y le dijo: -Es el libro de referencia más apropiado que podías escoger, Kemball. Estoy seguro de que Atila te parecerá tímido silo comparas con tus propios ideales.
Richard se atragantó con el oporto.
Miles sólo miró a Damien y sonrió.
-Oh, muy ocurrente, Dame. Por cierto, muy ocurrente. Claro que no fui yo el de la idea de poner a Bonnie de rodillas a refregar los pisos de Braithwaite. Ni tampoco la he enviado yo a palear bosta del establo ni a limpiar los desperdicios del chiquero. Tengo la impresión de que tu vendetta contra ella es algo muy personal. ¡Por Dios! ¿Que te habrá hecho la niña para hacerte reaccionar así? No importa. Yo más que nadie, sé con qué poco se te hace encender la mecha. Nunca he conocido un hombre más impulsivo que tú.

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