sábado, 8 de octubre de 2011

El inicio de un clásico

Vamos a ver si descubrís el inicio que traemos hoy:

En 1815, era obispo de D. el ilustrísimo XXXXXXXXXXXXX, un anciano de unos setenta y cinco años, que ocupaba esa sede desde 1806. Quizás no será inútil indicar aquí los rumores y las habladurías que habían circulado acerca de su persona cuando llegó por primera vez a su diócesis.
Lo que de los hombres se dice, verdadero o falso, ocupa tanto lugar en su destino, y sobre todo en su vida, como lo que hacen.

4 comentarios:

  1. jajajaja. Mientras sigas con ese periodo de la literatura francesa te los pillaré todos. Si el primero que pusiste fue el conde de Montecristo y lo supe nada mas leer Marsella y Faraón, hoy no voy a dejar pasar a Los miserables, de Victor Hugo, aunque hayas tachado el nombre del Obispo Miryel

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  2. XD
    Esta bien saberlo
    Recurriré a los rusos XD

    Me gusta especialmente la última frase

    Lo que de los hombres se dice, verdadero o falso, ocupa tanto lugar en su destino, y sobre todo en su vida, como lo que hacen.

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  3. Si recurres a los rusos con quien lo vas a llevar mal es conmigo. Prueba con los alemanes, que son infumables...

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  4. No se que será peor XDXDXD.

    Esa frase tiene su punto si, puedes encontrar muchas del estilo en toda la novela.

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