domingo, 4 de agosto de 2013

¿Sabes de donde es este fragmento?

Bonnie contempló el recipiente de caldo durante diez segundos y luego lo revoleó por el aire. No fue por despecho que lo arrojó sino por frustración y desesperación. Sabía perfectamente bien que el arrogante y poderoso conde, junto con sus amigotes, estaba disfrutando de un festín de carne asada allí abajo y no había dudas de que había sido el arrogante y poderoso conde quien había ordenado que se le subiera ese insípido caldo de cordero. Obviamente para él, esa comida era para alimentar cerdos. ¡Dios, cómo detestaba la aristocracia!

Dirigiendo su mirada furiosa a Jewel, quien en ese momento corría hacia la puerta sosteniéndose la falda con las manos y con la cofia casi caída sobre su cabeza, Bonnie gritó: -¡Comida! ¡Estoy muerta de hambre y ustedes me traen pis de oveja!

-Pero el señor...

-Por mí el señor se puede ir a... O me sirven ya mismo la comida o el señor... -Ni se molestó en terminar la frase. Se recostó.-Parece que entendió -farfulló, sonriendo satisfecha cuando Jewel abandonó la habitación. Ya era una norma establecida que si alguien debía comunicarse en forma efectiva con la aristocracia debía hacerlo en voz bien alta para que no se lo ignorase.

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