
Dirigiendo su mirada furiosa a Jewel, quien en ese momento corría hacia la puerta sosteniéndose la falda con las manos y con la cofia casi caída sobre su cabeza, Bonnie gritó: -¡Comida! ¡Estoy muerta de hambre y ustedes me traen pis de oveja!
-Pero el señor...
-Por mí el señor se puede ir a... O me sirven ya mismo la comida o el señor... -Ni se molestó en terminar la frase. Se recostó.-Parece que entendió -farfulló, sonriendo satisfecha cuando Jewel abandonó la habitación. Ya era una norma establecida que si alguien debía comunicarse en forma efectiva con la aristocracia debía hacerlo en voz bien alta para que no se lo ignorase.
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