domingo, 7 de julio de 2013

¿Sabes de dónde es este fragmento?

La niebla envolvía la Torre de la Alta Hechicería de Wayreth, y caía una fina llovizna que brillaba en las ventanas divididas por el parteluz. Las gotas que se acumulaban en los alféizares de piedra rebosaban y se escurrían por las negras paredes de obsidiana de la Torre hasta el patio, donde formaban charcos. En ese patio había una burra y dos caballos cargados con petates y alforjas, listos para emprender viaje.

La burra tenía gacha la cabeza, las orejas caídas y el lomo combado; era un animal malcriado al que le gustaba la avena seca, un establo cómodo y caliente, una calzada soleada y un paso de marcha sosegado y fácil. Jenny no veía razón por la que su amo tuviera que viajar en un día tan húmedo, así que se había resistido tercamente a todos los intentos de sacarla del establo. El corpulento humano que había tratado de hacerlo se estaba frotando ahora el muslo contusionado.

La burra seguiría todavía dentro de la cálida cuadra, pero había sido víctima de una treta, una sucia artimaña que le había tendido el humano corpulento. El aroma fragante a zanahoria, el jugoso olor a manzana... Eso había sido su tentación y su perdición. Y ahora estaba bajo la lluvia, sintiéndose explotada y completamente decidida a hacérselo pagar al humano grande, a todos ellos.

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