jueves, 14 de febrero de 2019

¿Conoces la obra de este fragmento?

—¿Así que piensas que deberíamos dejar pasar las provisiones? —preguntó Jasperodus.
—Desde un punto de vista humanitario parece razonable —afirmó el otro.
—¿Por qué alimentar al enemigo? —objetó Arcturus sin demasiada convicción—. Hace días que tendríamos que haber aplastado esas zonas.
Estaban dentro de la basílica. En la semana anterior Jasperodus y sus cómplices se habían adueñado nuevamente de la ciudad, pero habían dejado libres ciertas áreas opulentas cuyos residentes habían formado una defensa común. Por alguna razón imprecisa Jasperodus no sentía entusiasmo por dominarlas.
—Que tengan sus provisiones —dijo con aire distraído—. Eso suavizará su actitud para con nosotros.
El tercer interlocutor era la réplica de Jasperodus. Los robots de palacio se habían integrado sin inconvenientes al nuevo régimen, con la excepción de los pocos que eran controlados por códigos verbales secretos y se negaban a obedecer, por lo que hubo que encerrarlos en las mazmorras con los otros prisioneros. Los criados humanos eran menos voluntariosos, desde luego, pero comprendían la situación y colaboraban tanto como se podía esperar de ellos.
Jasperodus II inclinó la cabeza en señal de afirmación y se marchó para hacer los arreglos necesarios.
...

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