jueves, 28 de febrero de 2019

¿Conoces la procedencia de este fragmento?

Nellie se detuvo al pie de la escalera para echar una rápida ojeada al espejo fijado a la pared. Los cabellos castaños le caían en desorden sobre el cuello, había una mancha de chocolate en la comisura de los labios y otra verde -probablemente espinaca- en el cuello. No deseaba examinar su viejo vestido de algodón pardo, pues sabía que el ruedo estaba sucio y que había un lamparón indeleble en la falda. Terel siempre le decía que necesitaba prendas nuevas, e incluso había ofrecido ayudarla a elegir; pero nunca disponía de tiempo para comprar ropas. Tenía mucha tarea cocinando y limpiando lo que Anna descuidaba, y ayudando a Terel a organizar su intensa vida social; por eso, Nellie parecía no poder ocuparse de nada tan frívolo como la compra de prendas nuevas.

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