jueves, 21 de agosto de 2014

¿Sabes de dónde es este fragmento?

— ¡BUM!
Se golpeó una puerta. En un altillo el polvo saltó de escritorios y estanterías. Dos viejas se apretaron contra la puerta del altillo, para que no se abriera. Mil palomas parecían haberse elevado desde el techo. Las viejas se doblaron, como abrumadas por el peso de las alas. Luego se detuvieron, con cara de sorpresa. Sólo se oía el sonido puro del pánico, los corazones que golpeaban en los pechos... Sobre ese rugido, trataron de hablarse.
— ¡Qué hemos hecho! ¡Pobre señor Quatermain!
— Debemos de haberlo matado. Y alguien nos ha visto sin duda, y nos ha seguido. Mira...
La señorita Fern y la señorita Roberta miraron entre las telarañas de la ventana del altillo. Abajo, como si no hubiera ocurrido una gran tragedia, los robles y olmos seguían creciendo a la tibia luz del sol. Un chico se paseaba por la acera, mirando hacia arriba.
En el altillo las dos viejas se espiaron como si quisieran verse las caras bajo las aguas de una corriente.
...

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