¡
EN BLANCO!
— Es de suponer -decía August Pointdexter- que existe un sentimiento que podríamos denominar orgullo arrogante. Los griegos lo llamaban hubris y lo consideraban un desafío a los dioses, al que había de seguir siempre la Ate o retribución. -Se frotó los pálidos ojos azules con gesto inquieto.
— Muy bonito -respondió el doctor Edward Barron con impaciencia-. ¿Tiene alguna relación eso con lo que yo he dicho? -Tenía la frente alta y surcada por unas arrugas horizontales que formaban profundos cortes, cuando levantaba las cejas en expresión despectiva.
— Todas las relaciones -aseguró Pointdexter-. Construir una máquina del tiempo es en sí mismo un desafío al destino. Y usted lo empeora con esa confianza tan total que manifiesta. ¿Cómo puede estar seguro de que su máquina del tiempo actuará a través de todo el tiempo sin la posibilidad de que se produzca una paradoja?
...
No hay comentarios:
Publicar un comentario