martes, 1 de julio de 2014

¿Sabes de donde es este texto?

El cuarto no tenía ventana, pero sabía que era de noche afuera. Las paredes eran del espesor del papel. Oía el murmullo de las voces que venían de los dormitorios grandes del otro extremo del pasillo. Los billetes le habían procurado su propia habitación. Estaba acostado en ella con las manos en la nuca y los pies al costado de la litera, mirando el techo. Su mano buscó a tientas el cordón para apagar la luz. De pronto hubo una leve agitación en el cuarto. Una cierta cosa. Cramer se sentó. Estaba muy quieto.

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